Desde el sábado andamos con la tarea de entrevistar a potenciales clientes, con preguntas muy simples pero que nos permiten validar (o descartar) nuestras hipótesis.
La hipótesis que estoy evaluando en estos días es si la gente toma bebidas calientes para cambiar su estad de ánimo. Y de paso en las conversaciones van apareciendo ciertas opinones o comentarios de las personas que nos dan ideas luces sobre el camino. Mientras le encuentro un nombre en español, usaré el nombre en inglés: insights.
Pues bien, de las entrevistas se concluye que la gente sí toma a veces una bebida para cambiar su estado de ánimo. Han sido pocos los que por alguna razón no están de acuerdo: algunos son porque no toman té ni café, otros porque no los consumen por orden médica. Todos los que he preguntado respnden que su primera opción de bebida es café, algunos dicen que gaseosa. Una de las personas, que tiene una peluquería, me dice, en cambio, que lo que más piden sus clientes son aromáticas (que pueden clasificarse en cierta forma dentro de la categoría de tés). Y que él sería feliz si supiera que tipo de bebida ofrecerle a sus clientes según el estado de ánimo. Pero, en su caso especial, él usaría internet en vez de teléfono.
Hay diversos insights que me llaman la atención
- El tema de la salud y las limitaciones médicas a las bebidas
- El uso de canales distintos al teléfono
- La percepción del té como consumido solo por un grupo selecto
- Los grupos ultra saludables que toman algún tipo de té como mecanismo de limpieza de su cuerpo.
Mañana procederé a comenzar a revabar la información de los comocidos en el extranjero. Por ejemplo, una amiga vegana alérgica al gluten que también se preocupa mucho por lo que consume y que forma parte de una comunidad donde entre ellos se apoyan en enseñarse alimentos saludables. Ella puede darme insights de cómo es crear una comunidad de personas que buscan opciones saludables y se enseñan entre sí. Algo como lo que, hasta ahora, quiere hacer Smarttea